quarta-feira, 29 de maio de 2013

Mexillón 'mejillón'

Mexillón 'mejillón', con variantes mexilón, mixillón, mixilón, y muxillón / muxilón, proceden parece ser de una forma latina reconstruida *muscellio, derivada a su vez de MUSCULUS 'mejillón' (y 'músculo'; para la evolución del grupo latino -SCE- en gallego, véase Ferreiro 1999 pp. 162-163.).

Coromines (BDE s.v. mejillón) indica que la forma castellana actual, mejillón, documentada hacia 1560 fue tomada del português mexilhão, documentado en 1495, siendo aún conservada la forma castiza castellana, mocejón, en Cantabria.

En gallego la palabra está ya documentada antes, en 1328, en un documento coruñés citado en el volumen tercero de la Colección de Documentos Históricos de la Real Academia Galega, página 55:
"a miña casa do campo que he ena rua que chaman de Don Felipe e o canto da rua donde venden os mixilloes" [mi casa del campo que está en la calle que llaman de Don Felipe, y hace esquina con la calle donde venden los mejillones]

domingo, 26 de maio de 2013

Trono ‘trueno; cañón (ant.)’, y ‘trono’

Aquí tenemos dos palabras homógrafas y homófonas, pronunciadas ambas con o cerrada no etimológica. 

1. Con valor de  ‘trono, asiento’, trono es palabra de origen último griego (cf. Ramón Lorenzo 1977 s.v. trono), a través del latín eclesiástico THRŎNUS. Esta palabra la encontramos en textos gallegos ya desde el siglo XIII (misma siglo para el castellano). Así, en las cantigas de Santa María tenemos:
a Virgen santa que con Deus see no trõo [La Virgen santa, que con Dios se sienta en el trono]
2. Con valor de ‘trueno’, trono es un derivado deverbal de tronar, del latín TŎNĀRE ‘tronar’, con r por influjo de tronido ‘trueno’, del latín TŎNĬTRUS ‘trueno’ (cf. DCECH s.v. tronar). La forma etimológica generó el medieval tóó 'trueno':
"et aas vezes por las tenpestades dos rrelampagos et dos tóós, et dos ventos rrezeos et sensabores et danosos, et dos outros peligros que lles vynã do çeo et do ayre, et dos enamygos da terra"[y a veces por las tempestades de los relámpagos y de los truenos, y de los vientos recios y sinsabores y dañosos, y de los otros peligros que les venían del cielo y del aire, y de los enemigos de la tierra] (General Estoria, c. 1300)
Pero ya en la Crónica Troiana (c. 1370) tenemos troo, según indica Coromines (DCECH s.v. tronar). Con el sentido de cañón, bombarda o mortero lo encontramos en textos gallegos del siglo XV. Así en un inventario de armas contenido en un documento barbanzano de mediados del siglo XV (Libro de Notas de Álvaro Pérez, 1457):
"J de aseyro, IJ de pao. Quatro baçinetes. Huu trono cõ seu serujdor e huu fole de póluora. Dos carcaixes de biratõos. Huu torno de armar ballesta." [I de acero, II de palo. Cuatro bacinetes. Un trueno con su servidor y un pellejo de polvora. Dos carcajes de virotes. Un torno de armar ballesta.]
En un cruento conflicto armado acaecido en la ciudad de Ourense en 1455, entre las tropas del obispo y las del concejo de la ciudad, las primeras hicieron uso de un cañón (cf. López Carreira 1998 p. 86):
Os ditos omeens que estaban en çima da dita iglesia armaron un trono en çima da capela de san johan e lle poseron fogo por casas de vesiños por atirar con el aa casa do dito arçediano dondel mora porla derrocar” [los dichos hombres que estaban encima de la dicha iglesia armaron un trueno encima de la capilla de San Juan, y prendieron fuego a las casas vecinas para tirar con él a la casa del dicho arcediano, donde reside, para derrocarla]  
La palabra troneira ‘tronera’ deriva evidentemente de esta acepción de trono ‘cañón’.

Por otra parte, la preservación irregular de la n intervocálica en todos estos vocablos (trono, tronar, tronido, troneira) indican probablemente que son formas calcadas del castellano o del leonés.

sábado, 25 de maio de 2013

Treito 'trecho, distancia'

Vocablo estudiado por Ramón Lorenzo en el vocabulario de la Crónica General, donde ya indica, siguiendo a Meyer-Lübke (REW 8827) su origen en el Latín TRACTUS. Es precisamente en esta obra (c. 1295) donde encuentro su uso más antiguo en gallego:
"Et morrerõ y muytos cristãos, ca taes beesteyros tijnã esses mouros que a muy gran treyto faziã gran golpe." [Y allí murieron muchos cristianos, ya que tenían semejantes ballesteros esos moros, que a muy gran distancia descargaban un gran golpe]

En la Crónica Troiana (c. 1370):
"Et ferírõnos tã rrégeament que os fezeron afora ben sete traytos de arco, en tal maneyra que o nõ cobrarõ depoys." [Y los hirieron tan duramente que los rechazaron a una distancia de más de siete tiros de arco, en tal manera que no pudieron después devolver el golpe]

En el Tratado de Albeitaria (c. 1409):
"Deuen a correr o Cauallo por lla mañan hua vez na domãa por llugar chãao he areoso en començo por quarto de hua milla ou mais se mester for ou quanto viren que mester que sera espaço de dous traitos de ballesta." [Deven hacer correr al caballo por la mañana una vez a la semana por lugar llano y arenoso, en principio por espacio de un cuarto de milla o más si se estima oportuno, o por espacio de dos tiros de ballesta]
Aparte de su valor como trecho o distancia, y en relación con el significado anterior, frecuentemente ligado a la distancia cubierta por el tiro de un arco o ballesta, adquiere también el valor de tiro o puntería; también de la Crónica Troiana:
"Et jndose asý, poso enno arco hua boa seeta, muyto aguda et muy tallante, et rrogaua aos dioses que lle nõ faleçesem, nen lle errasen o trayto." [Y yéndose así, puso en el arco una buena saeta, muy aguda y tajante, y rogaba a los dioses que no le fallasen, ni que le errasen el tiro]

Modernamente el término goza de buena salud en la lengua escrita (no tanta en la hablada), y al menos desde el siglo XIX. Como ejemplo, una carta publicada en La ilustración gallega y asturiana, en 1881:
"ó Noroeste de Suegos a pouco treito se ergue a insua Coelleira, ond'alumea de noite un bon faro. Contan que nela houbo un convento de frades temprarios qu'en barcas de coiro viñan a dir misa na capela que serveu despois pra igrexa dos frades de San Francisco" [Al noroeste de Suegos, a poco trecho se yergue la isla Coelleira, donde alumbra de noche un buen faro. Cuentan que en ella hubo un convento de frailes templarios que en barcas de cuero venían a decir misa en la capilla que sirvió después para iglesia de los frailes de San Francisco]
En castellano su primera documentación (trecho) es aproximadamente coetánea. Por otra parte, en portugués ha venido a ser sustituido por la forma castellana trecho (cf. DCECH s.v. traer), que también se puede encontrar en la lengua literaria gallega (cf. TILG: lema treito).